El
Jefe de Gabinete argentino rompe un diario en una conferencia de prensa. Un
hecho extraño, poco usual y… ¿Efectivo? Es para debatir si la forma
del mensaje tapa el fondo, es decir, la desmentida que el Gobierno hace de una
noticia con un duro titular en contra de la Presidenta, o por el contrario,
amplifica el mensaje del Gobierno. La respuesta no se va a encontrar en las
posiciones más radicalizadas de la opinión pública. Para ellas Capitanich será
un mamarracho o un héroe. La respuesta está en cómo influye una acción
semejante en la mayoría de la población. Si se preguntan por qué lo rompe e
investigan lo sucedido o si directamente tildan la acción de agresiva
invalidando con esto el mensaje que se quería dar. En Comunicación Política hay
que usar la creatividad para lograr llamar la atención y que nuestros
principales mensajes lleguen a nuestros públicos objetivo. Esta creatividad
estará limitada por los riesgos de afectar el mensaje principal si la
creatividad es excesiva o afectar la imagen del emisor si la forma que toma el
mensaje es controvertida. En publicidad sucede seguido: recordamos la
publicidad pero no el producto, o comenzamos a conocer el producto y decimos
qué mal esta empresa cómo lo transmite. Así es nuestro fascinante mundo de la
comunicación y sus desafíos.
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