"He contratado al mejor periodista en mi país", me comentó un funcionario venezolano y agregó muy efusivo "ahora voy a tener buena comunicación. Van a conocer lo que se hace y llegaremos a todas partes". Mi respuesta, no se hizo esperar y con respeto le contesté "¡Ud. está equivocado!" Así empieza la interesante editorial que Juan José Larrea publica en la revista DIRCOM Nº 82. Vamos a sumarle la visión de las Relaciones Públicas al análisis.
Así como el Periodismo no es sinónimo de buena comunicación, una buena comunicación (institucional o corporativa) no es sinónimo de una buena dirección y gestión de las relaciones con los públicos.
Lejos de ser este escrito un intento de riña entre títulos académicos cuyas competencias son muy similares (RR.PP., Comunicación, Relaciones Institucionales, etc.) y reconociendo que los relacionistas públicos no hemos tenido la muy buena idea de crear una marca DIRRR.PP o algo así, intentaré fijar la cuestión sobre algo que creo importante remarcar, y en que pienso, podemos poner el foco: el trabajo estratégico sobre los vínculos de las organizaciones con sus públicos. Trabajar sobre la relación y el vínculo es lo que un periodista posiblemente podrá, aunque no metódicamente, hacer con otros periodistas, pero se le dificultará aún más el trabajo al hacerlo con funcionarios de gobierno, comunidades, accionistas o proveedores.
La comunicación verbal, interpersonal, audiovisual, escrita, televisiva, entre otras son muy importantes para crear y mantener esos vínculos. Como bien remarca Larrea, adaptar los mensajes a los públicos y brindar a su vez canales de ida y vuelta con el fin de acceder también a las respuestas, comentarios o críticas es crucial. Pero la gestión de las Relaciones con los Públicos debe ir más allá. Debe sellar el vínculo con comunicación y con acción. Una organización es como un integrante de una familia. Puedo tener excelente comunicación con mi padre y sin embargo poseer un vínculo débil o puedo tener una regular comunicación y un vínculo muy fuerte que me permita contar con su presencia y apoyo en momentos cruciales.
Esto, que parece ser un tema menor (comunicación-vínculo) deja de serlo cuando tenemos que realizar pensamientos sobre su gestión y focalizar esfuerzos sobre su medición. ¿Mediríamos igual la efectividad de la comunicación que la fuerza de un vínculo con un público determinado?
Seguramente no y por ello le sumamos a la muy buena editorial, esta pequeña mirada para sembrar la semilla de una reflexión sobre el tema, que desemboque en nuevos puntos de vista y propuestas para este fantástico mundo de la comunicación y las relaciones de las organizaciones con sus distintos públicos.
8 comentarios:
Todavía no tengo muy claro como se puede medir la efectividad de la comunicación al 100%. Me parece más difícil aún llegar a medir un vínculo.
Saludos desde Salta
Martín te felicito por el blog! No es esta nota la que comento, pero lo estuve leyendo, y muchas notas (a demás de esta misma) me sorprenden. Felicitaciones!
Fáima
Tres intiresno, gracias
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