viernes, 29 de agosto de 2008

¡Living RR.PP.!

¿Cómo se inició la consultoría en Argentina? ¿Cambió la esencia de la gestión de la comunicación con las nuevas tecnologías? ¿Es necesaria la matriculación de los profesionales? ¿Qué busca el mercado en los jóvenes? ¿Hay campo para las Relaciones Públicas en el Estado o en las ONG?

Todas estas preguntas y más respondieron cuatro experimentados consultores: Enrique Nardelli, Ignacio Viale, Gustavo Averbuj y Carlos Mazalán. A mi, como miembro de la Comisión de Estudiantes y Jóvenes Profesionales del Consejo Profesional de Relaciones Públicas me tocó honradamente ser el moderador de este interesante diálogo denominado Living PR, un espacio para que los jóvenes y estudiantes que concurrieron al evento “Link Joven” puedan realizar consultas a estos destacados profesionales.
La charla se inició con el relato de los inicios de cada uno en la profesión. Ninguno de ellos con título de lic. en Relaciones Públicas, provenientes de distintas remas del saber, nostálgicamente recordaron las diferencias entre aquellos tiempos y estos. Enrique Nardelli, pionero en la profesión, relató las características de aquella época. Sin Internet, sin celular, sin muchos de los recursos que hoy existen. “La revolución de hoy es 100 veces mayor a la producida por Gutenberg” sentenció y luego lanzó una frase que fue utilizada luego por todos sus otros colegas “hoy lo único permanente es el cambio”. Sin embargo, todos coincidieron en que, aunque con otra mentalidad, “los públicos son los mismos”. “Lo que cambió es la forma de vincularse con esos públicos” explicó Viale, socio fundador y director de Salem, Viale, Gonzalez Villanueva.

Los consultores entraron en la temática del título de la profesión, su utilización y la “evangelización” que día a día se debe realizar para que se conozcan los alcances de las Relaciones Públicas. Se mostraron contrarios a la creación de una matrícula para profesionales incluso cuando se trata de actividades con el lobby. Carlos Mazalan dio luego un mensaje importante: “no importa que estudiaste sino quién sos” refiriendo a “ser” un relacionista de alma y sentir pasión por la profesión. Muy valorable su testimonio, sobre todo teniendo en cuenta su historia, ya que el se inició en el área de sistemas. De allí su consultora especializada no solo en comunicación para tecnología sino en tecnología para la comunicación. Tema candente si lo hay y dejo interrogantes para la próxima: ¿cómo puede ser que no se ha desarrollado software específico para nuestra gestión? ¿cómo no existen programas difundidos para la medición de resultados u otros aspectos?

Luego el diálogo derivó en el alcance de la profesión y el campo laboral en el Estado o en el tercer sector. Averbuj comentó que no necesariamente en consultoría se trabaje con organizaciones con fines de lucro y que muchas actividades de RSE estaban más vinculadas a lo social que a lo comercial.

Por ultimo los consultores dieron consejos importantes para los jóvenes que hoy buscan trabajo en consultoras. Remarcaron la necesidad de ser bilingüe y coincidieron, sobre todo, en que es importante la persona, incluso antes que sus conocimientos. Esto me pareció muy interesante. Se buscan buenas personas, lo que habla de una relativa presencia de valores en la industria. Más que comunicadores efectivos, al decir de Mazalán, se prefiere hablar de comunicaciones afectivas. Creo puede tener mucho de cierto ya que el afecto es un elemento fortalecedor del vínculo, que es aquello sobre lo cual trabajamos todos nosotros.

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