viernes, 10 de febrero de 2012

Malvinas: la guerra de la opinión pública.


Siglo XXI. Las armas siguen en pie. Destructores, terminators, destroceitors, etc. Su negocio seguirá existiendo como hace años (ya lo vemos en la nueva y excelente película del detective británico Sherlock, creado por el escocés Conan Doyle) Pese a esto, se potencian ahora nuevos campos de batalla. Intelectuales, dialécticos, espacios de debate como la prensa y, especialmente, su sinergia con las redes sociales. Hoy la guerra por Malvinas es argumental y política. Este enfrentamiento que existe, de chicanas publicadas, es una lucha mediática por instalar ideas en la opinión pública internacional.

Por parte de Inglaterra, también estamos ante un recurso utilizado para tapar circunstancias internas. La famosa “cortina de humo” que le dicen, estrategia comunicacional de polémico éxito en el mundo hiperconectado de hoy. Para Argentina, la cuestión tampoco viene nada mal. Es preferible hablar de Malvinas que de otros temas con mayor poder de desestabilización. Más preferible aún si se trata inteligentemente el tema, como hasta ahora.

 La cosa es que, pese a que se utilice a las “Falklands” para cubrir problemáticas que afectan al Gobierno de Cameron y se acepte la contienda desde Argentina, la lucha ante la opinión pública es un hecho. Argentina está trabajando, en mi opinión, muy bien en ese sentido: la idea de paz, el concepto de colonias (en el cual la misma Inglaterra se metió) y la permanente actitud de diálogo, elemento más que valorado en estos tiempos.

Por otro lado está Inglaterra. Los británicos tienen también su artillería argumental. El eje estratégico, por lo que se observa a simple vista, es el realzar el protagonismo de los Kelpers. Los pobres pobladores a los que nadie escucha, “deben poder decidir qué quieren ser” Pese a ver el gran gol de Maradona en el 86 (o el otro gol, quizás más brillante), estos muchachos prefieren seguir siendo ingleses. Claro, siempre lo fueron. Es complejo que alguien que es de una nacionalidad, quiera ser ahora de otra (aunque hay algunos argentinos que se morirían por ser ingleses) Este argumento de decisión de los Kelpers es sobre el cual Argentina tiene que trabajar para rebatir, reforzando esta idea de tierra colonizada aún no devuelta, como sí lo fue Hong Kong.


En el largo plazo, y en última instancia, Gran Bretaña buscará que las islas sean “independientes” legalmente, pero dependientes económica y geopolíticamente. Las palabras seguirán corriendo y la imagen de los actores será central. Hay que seguir por el camino de “una oportunidad a la paz” y convertir a esta estrategia comunicacional en una política de Estado, para dar pelea en el escenario de mediano y largo plazo que las batallas de la opinión pública proponen.

No hay comentarios: